LA BLASFEMIA

Es el mismo tipo que llevaba persiguiendo a los cristianos en España seis años.

Escarneciéndolos, humillándolos, burlándose a través de sus radios, periódicos y televisiones, de sus más íntimas convicciones, de su moral, de Jesucristo y de la Iglesia.

Es el hombre que manda al Boletín Oficial del Estado la Ley del Matrimonio Homosexual (sic) y la Ley del Aborto y tiene “cocinando” y listas para la entrega la Ley de Libertad Religiosa (sic) y la Ley de Eutanasia Activa.

El mismo sujeto que jamás ha reconocido públicamente que España, su esencia misma, su ser, o es cristiano o no es. Sencillamente. Es uno de esos pájaros que propagan la mentira de la convivencia de las tres religiones del Libro en la España medieval. Cuando hubo necesidad de luchar ocho siglos para expulsar de nuestro país una de ellas, que jamás toleró a las demás: El Islam.

El mismo quidam que fomenta que en una parte de España se persiga a los que hablan español, rotulen sus comercios en la lengua del Estado o quieran –es imposible- escolarizar a sus hijos en el mal llamado idioma castellano –es español, no castellano-. El castellano es el español que se habla en Castilla.

El mismo elemento que cita el Deuteronomio para explicar URBE ET ORBEue hay que pagar el salario a los jornaleros y ha conseguido en sus años de gobierno (¿?) que aproximadamente cinco millones de jornaleros estén en el paro. Y que la situación de la economía tal y como explican el Wall Street Journal , el Financial Times, o economistas cómo Nouriel Roubini, Olivier Blanchard –economista jefe del FMI–, Martin Wolf, Martin Feldstein o Paul Krugman, se encuentre al borde del colapso, la ruina financiera y la suspensión de pagos.

Es él. Es una catástrofe de proporciones bíblicas, de tal magnitud que es posible asimilar sus años de desgobierno a una plaga devastadora y desoladora como no ha conocido nuestra Nación desde los tiempos de Azaña.

Es Rodríguez Zapatero. Aquel que es invitado por su sosias mulato a un Desayuno de Oración. Y solo se le ocurre blasfemar

Este es el personaje.